Durante las últimas décadas, son innegables los importantes pasos que las empresas han dado hacia la sostenibilidad, pasos que en muchos casos han sido acelerados y responden, más que a una obligación a las demandas crecientes de la sociedad, a una convicción y a la responsabilidad con el entorno humano y natural.
Sin embargo, los constantes cambios sociales que buscan sociedades más equitativas, incluyentes y respetuosas de los derechos del otro (entendiendo al otro como las personas, las entidades y el medio ambiente), así como los retos del Planeta para frenar el cambio climático y sus devastadores efectos, han llevado a que estas acciones sean insuficientes.
No fue suficiente el sentido filantrópico que, como ya lo señalamos ampliamente en el artículo “La evolución del desempeño social en 3, 2, 1… ¿Hacia dónde vamos?”, publicado en este mismo espacio, era un modelo donde las empresas consideraban las acciones que realizaban más como “un favor” en pro del otro, a quien veían como un tercero en condición de inferioridad https://insightsocial.org/la-evolucion-del-desempeno-social-en-3-2-1-hacia-donde-vamos/,. Tampoco ha sido suficiente la normativa señalada en estándares y políticas que, si bien generaron avances para que las organizaciones reconozcan al otro como sujeto de derechos y, por ende, como interlocutor válido, continúa teniendo un carácter obligatorio, que en muchas ocasiones ha generado incomodidad en las empresas, que los han asumido como obstáculos para el desarrollo del negocio.
Si bien, la humanitaria no es la razón de ser de un negocio, muchas compañías han entendido que, más allá de una acción filantrópica o del cumplimiento de una lista de chequeo de estándares, el hecho de conectar con el entorno social y ambiental, de sintonizar los intereses corporativos con los intereses de la comunidad; representan, grandes beneficios económicos que se traducen en mayor productividad, más competitividad, conexión con la realidad, perspectivas más claras, buenas prácticas y mejor reputación, para mencionar solo algunos.
¿Cómo lo aterrizamos?
La sostenibilidad es un proceso, no se logra de la noche a la mañana, no es estático, sino muy dinámico, por ende, requiere ser estructurado y del diseño de planes de acción, con indicadores, mediciones y ajustes.
Suena retador y, en efecto, lo es. Pero no están solos en el proceso. En InSight hemos recogido la experiencia de nuestro trabajo en los 5 continentes, para aportarle a las empresas en el aspecto social, desde la intervención en tres frentes:
- La estructuración y preparación de equipos sociales: donde hemos aprendido a reconocer a la empresa y a sus equipos como fichas claves en los procesos de cambio hacia la sostenibilidad y el reconocimiento de su entorno; empezando con la concepción primera de que ellos, como empresa y como personas también, son parte del mismo entorno y como tal desean trabajar en él; creando hojas de ruta comprensivas con los individuos y las comunidades de las que todos somos parte. Aparte, apoyando al empoderamiento social de los equipos y ahondando en los aspectos que ellos consideran “por mejorar”, de modo que llegar a una comunidad no sea cuestión de desconfianza y se convierta en una situación de tú a tú, dando paso al trabajo técnico y social sin atropellar o desconocer las diferencias ambientales, sociales y económicas.
- La integración del área social con las diversas áreas del negocio, y de la empresa con el contexto, que logramos al empoderar al equipo social en sus labores específicas, y desde el involucramiento del mismo en la toma de decisiones sociales empresariales. Para ello, mostramos a la empresa la importancia de tener a los equipos sociales no solo como fuente de información, sino también como un equipo capacitado para la visión estratégica, la acción inmediata y la resolución de conflictos sociales. De la misma forma al tener al equipo social integrado con las diversas áreas del negocio se fortalece la integración de la empresa al contexto la comunicación continua con los diferentes actores del territorio y la decisión eficaz y eficiente de las cuestiones que aparezcan entre lo social y lo empresarial. InSight contribuye a esta integración desde el establecimiento de hojas de ruta y el empoderamiento individual, empresarial y comunitario.
- La co-creación de una hoja de ruta o plan de acción: En InSight hemos entendido, desde la experiencia, que las políticas y los planes de acción deben estar escritos de forma clara de modo que puedan ser medibles y verificables. Teniendo esto en cuenta, asesoramos y trabajamos, en conjunto con los equipos sociales, para crear planes de acción concretos que ayuden a resolver las cuestiones sociales presentes en el contexto y que son transversales tanto a la empresa como a la comunidad. Crear la hoja de ruta específica parte de conocer y reconocer el medio ambiente en el que se opera y, desde allí, trabajar conjuntamente con los diferentes actores, para llegar a concretar acciones que medien y resuelvan de forma rápida, eficaz y eficiente los retos y dificultades del proceso.